jueves, 23 de julio de 2009

LA EDUCACION COMO INDUSTRIA DEL DESEO, UN NUEVO ESTILO COMUNICATIVO

PREPARACION DEL EQUIPAJE
El autor en una primera etapa, llamada “El viaje como huida”, explora ámbitos aparentemente lejanos y ajenos entre sí, el de la neurociencia y el de la comunicación, gracias a una insatisfacción producida por las carencias detectadas en la práctica docente. Luego descubre vías de confluencia entre todos ellos. Esta exploración será útil como interpelación y cuestionamiento de manera de ser y de hacer en cuanto a profesional de educación y, de ese modo, ensayar vías alternativas para mejorar la labor pedagógica en el aula.
En una segunda fase, se exploran áreas vinculadas con la innovación educativa la misma que debe hacerse desde la praxis cotidiana del aula. Aquí pretende ayudar a los lectores a descubrir que los retos a los que nos enfrentan los descubrimientos realizados en la primera parte los que deben ser asumidos.
En el viaje como encuentro, la conclusión que se obtiene a partir de lo expresado por el autor es la siguiente: lograr que comulguen la labor educativa con las estrategias comunicativas para obtener así sesiones de clase más dinámicas, interesantes para el alumnado y, a la vez, eficazmente educativas.
En esta parte del capítulo llamada “El viaje como regreso”, se abordan las siguientes ideas:
Solo si se conoce todo lo que hoy se sabe sobre los mecanismos que rigen el funcionamiento del cerebro emocional se podrá mejorar la eficacia en la comunicación persuasivo-seductora. Y es cuando se requiere el concurso de la neurociencia.
Se hace énfasis acerca de la necesidad de incorporar a la labor educativa un nuevo estilo comunicativo, uno que conozca los mecanismos por los que se rige la sique humana. Y para ello se requiere indagar en el mundo del profesional comunicador.
Y en concordia con estos tiempos, las tecnologías de la información y de la comunicación también son motivo de reflexión en cuanto a acompañante del maestro como instrumento (que reivindicar) o a fetiche (que denunciar) o como herramienta multifuncional.


EDUCAR EN TIEMPOS DE CONFLICTO
En la Educación como conflicto se puede entender a la educación de esta manera porque hay contraposición de intereses contrapuestos. Por una parte, los intereses de la institución (emisor) y por otro, los intereses del receptor.
Por esta razón, la tarea educativa debe recuperar su dimensión mediadora. Mediadora en el sentido de armonizar en los conflictos derivados de la divergencia entre los intereses tanto del emisor (institución educativa) como del receptor (alumnado). Y como parte de esa función, también está la de crear conflictos: los conflictos cognitivos (provocarlos, romper sus esquemas, cuestionar sus planteamientos, sembrar el germen de la inquietud, de la curiosidad intelectual)
También en este ámbito, el autor afirma que las tecnologías (medios audiovisuales) constituyen la oportunidad que nos brindan los nuevos tiempos para concitar el interés de los estudiantes por el aprendizaje.
Las tecnologías de la comunicación e información constituyen una oportunidad tanto en lo que se refiere a capacidad para generar, almacenar, manipular y distribuir informaciones como en lo que concierne a su potencialidad motivadora y a su capacidad de interaccionar con el sujeto que aprende. Pero hay que integrarlas de manera adecuada ya que su eficacia está condicionada por el interés de lo que se comunica a través de ellas y sobre todo por la manera en que se hace. Las tecnologías son prolongaciones de las capacidades humanas sean físicas o síquicas. De esta manera pueden comprenderse las posibilidades y limitaciones de las tecnologías aplicadas a la comunicación. De lo cual se concluye que a medio o largo plazo la dimensión de contenidos y estilo comunicativo determinan la eficacia de estas tecnologías.
En la comunicación, tecnologías e interacción, el autor refiere que con el advenimiento de nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, dotadas de prestaciones que favorecen la interactividad, surge la oportunidad de recuperar la dimensión más rica del concepto de comunicación: la del diálogo, la de interacción y transformación continua. Pero para que esto suceda debe adoptarse un estilo comunicativo que saque el mayor provecho de la especificad expresiva de cada medio. Y sobre todo un estilo comunicativo capaz de conectar con los destinatarios, de sintonizar con ellos mediante un estilo que se adecue a los cambios producidos por el nuevo entorno social de las nuevas generaciones de estudiantes.
En el capitulo llamado “posibilidades y limites de las tecnologías” el autor habla acerca de las TIC que ponen a disposición del conjunto de la sociedad un cúmulo de informaciones que era impensable hace unas décadas. Pero los datos de impacto no solo tienen que ver con la acumulación de informaciones, sino también con la velocidad con que se procesan, cada vez con mayor rapidez. De la educación depende que a partir de estas ventajas con respecto a las tecnologías de información pueda cimentarse una sociedad del conocimiento.
Se puede hablar de la sociedad de la información o del conocimiento, pero entendidas como oportunidad o posibilidad.
En este contexto, las tecnologías disponibles deben ir acompañadas (por parte del receptor) de una actitud abierta en lo intelectual y en lo afectivo, de una voluntad de aprender y de una inquietud cultural.
En la última acepción del concepto de brecha digital, las diferencias se establecen entre los que quieren acceder a las tecnologías de comunicación e información y los que no quieren. Nos situamos pues en un ámbito muy distinto más cercano a la motivación que a la economía, una esfera en la que los profesionales de la enseñanza tiene como posibilidad (y la obligación) de intervenir.

REVISIÓN DEL PROCESO COMUNICATIVO
La publicidad debería ser un modelo para la enseñanza. Los educadores tenemos mucho que aprender de los publicitarios en cuanto a eficacia comunicativa. Existen algunas similitudes significativas que merecen ser destacadas:
Ambas forman parte de lo que se denomina comunicación persuasivo- seductora, es decir, de una comunicación destinada a modificar actitudes y conocimientos de los receptores.
Los profesionales de ambos campos deben conocer sus necesidades, objetivos y deseos de un público objetivo y delimitado y definido para poder conectar con ellos.
Ambas formas de comunicación se ven obligadas a vencer indiferencias y reticencias de todo tipo fundamentalmente relacionadas con la falta de interés que despiertan en principio los productos que desean vender.
Ambas se dirigen a un auditorio disperso y saturado solicitado por una multitud de mensajes diversos y hasta contradictorios. La competitividad comunicativa les obliga a buscar estrategias más adecuadas para conseguir que su discurso resulte más relevante que los demás.
De lo cual se concluye que deberíamos los educadores replantear nuestra actividad a la luz del modelo publicitario por ser ésta muy eficaz en cuanto a conectarse con los receptores.
Probablemente la lección principal que el educador puede extraer hoy de los publicitarios provenga del análisis de cómo éstos últimos consiguen atraer su atención hacia unos productos que al comienzo no atraen a los receptores.
El éxito que obtienen los publicitarios se debe en buena medida a la manera diferente como conciben el proceso comunicativo y en consecuencia el diseño de sus mensajes;
todo lo cual radica en la capacidad de sintonizar con el receptor, de conectar con sus habilidades, con sus intereses y deseos
En el discurso publicitario el receptor esta incrustado mientras que en el discurso educativo, el receptor brilla a menudo por su ausencia. En definitiva, en el mensaje publicitario tanto en el ámbito de los contenidos como en el de la expresión hay huellas evidentes de los intereses, los gustos, las capacidades y las limitaciones del receptor
En contrapartida, en los discursos educativos suele haber pocas manifestaciones de la presencia de los intereses de los receptores.
El secreto para superar este problema está en polarizar el discurso en torno al receptor Este es o debería ser el eje sobre el cual tendrían que rotar los demás componente del proceso comunicativo
En un proceso de enseñanza aprendizaje que se inscribe en el ámbito de la comunicación persuasivo seductora es el emisor el que debe salir al encuentro del receptor situarse al nivel de sus capacidades conectar con sus necesidades y deseos
El aula representa a veces una manera de comunicar de decir y de pensar un modo de hacer y de ser que estar muy alejado de los intereses de las nuevas generaciones.
Por ello es que los docentes deben ponerse al día para así poder comunicar y de esa manera ser realmente útiles.
El acierto de la publicidad como mediadora consiste en que aparenta encontrarse más cerca del receptor que del producto.
A partir de la asimilación de la experiencia de los publicitarios, el educador debe ser un mediador capaz de conectar los contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales que el alumno debe asimilar en la situación real en que se encuentra, con sus preocupaciones, intereses, habilidades y deseos
Los grandes comunicadores saben que únicamente comunicarán si toman en consideración las necesidades del receptor
Solo se puede educar si se es capaz de seducir. Solo se puede sacar algo del interior si se es capaz de penetra en el. La conclusión a la que se puede llegar es: la de cuestionar nuestra labor docente y buscar ser mejores comunicadores para así ser mejores educadores.

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